La plaza del macba ha sido reducida a la mitad de su vibrante superfície en favor de unas obras de ampliación del museo. Los skaters se aglotinan en un reducido espacio compartido por breakdancers, grafiteros y otros tipos de artistas y transeúntes jóvenes de múltiples orígenes. Si miramos dirección Llobregat veremos un mural que aulla contra el desalojo provocado por una acelerada gentrificación del barrio. Pero si tomamos la calle Ferlandina, después pasar Joaquín Costa y de un shawarma en el mítico y querido bismillah, encontraremos a nuestra derecha un bastión de la cultura barcelonesa, el club cronopios. Allí se reúnen asiduamente filósofos, escritores, poetas y músicos sin más pretensión que compartir su arte con el que quiera prestar su atención. El open está gestionado por Ernest Bombi, joven melenudo con atuendo de cowboy y que acompañado de su guitarra puede pasar por repertorio folk, country y variaciones a estilo cantautor de la transición. En la sesión en la que asistimos pudimos encontrar también poetas muy expresivos y claros así como crípticos y enigmáticos, generando un entretenido y ameno combo de música y palabra. Larga vida al club cronopios. https://www.instagram.com/openmiclist/reel/DQtSQ_qgDqc/